martes, 12 de febrero de 2008

5. Los precios de los bienes básicos deberían de estar controlados para que los pobres puedan comprarlos.


Tortilleria
Originally uploaded by Rene Venturoso
Escrito por el Dr Madsen Pirie

Los precios controlados son una de esas cosas que suenan bien en teoría pero que son desastrosas en la práctica. Los precios son señales que indican el estado de la oferta y la demanda, del mismo modo en que la escala de un termómetro nos informa sobre la temperatura. Así como no se puede controlar la temperatura acortando un termómetro, no se puede controlar la demanda y la oferta fijando los precios.

El aumento en los precios de bienes escasos, le indica a la gente que consuma menos o que utilice productos alternativos. A otros les indica que se deben producir más porque se pueden obtener utilidades al hacerlo. La combinación de menor consumo y mayor producción reduce la escasez. Pero ello sólo ocurrirá si se permite a los precios enviar sus señales. Si los precios se fijan por ley con el propósito de proteger a los pobres de sus efectos, no se desalentará el consumo, ni habrá razones para usar alternativas. Tampoco habrá ningún incentivo para que los productores lleven más producto al mercado.

Si el precio de la tortilla* de maíz se fija debido a un incremento de precios cuando hay escasez, no existe ningún incentivo para que la gente busque alternativas en otros alimentos. Tampoco habrá incentivo para que los agricultores lleven más maíz al mercado, o para que los comerciantes extranjeros para traigan maíz al país con la esperanza de obtener mayores ganancias. No existirá ninguna señal que indique que puede ganarse dinero sembrando más maíz.

Lo único que ocurre cuando se fijan los precios por ley es que los inventarios se agotan, usualmente porque nadie puede ganar dinero vendiendo al precio establecido. Entonces el gobierno vuelve a meter las manos para racionalizar los bienes escasos de forma “justa” y pasa nuevas leyes que prohiban su venta en el mercado negro. Esto ha ocurrido con el pan, las tortillas, el combustible y la vivienda de alquiler. Al final, el desenlace es claro: si fijas un precio, lo único que lograrás será limitar el abasto y agudizar la escasez.


Entrada original en inglés.

* En lugar del pan, que se utiliza como ejemplo en la entrada original he decidido utilizar a la tortilla de maíz por se más relevante para el lector de méxico.

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