Escrito por el Dr Madsen Pirie
En realidad los pobres si tienen la libertad de comprarse Rolls-Royces. No son suficientemente ricos para comprarlos, pero en un país libre no están impedidos de hacerlo por el capricho o voluntad de otros. Si tuvieran o pudieran conseguir dinero podrían comprar artículos de lujo, pero hay cosas que ni los ricos ni los pobres pueden hacer.
No pueden fumar libremente en un bar o manifestarse en los alrededores del Parlamento de la Gran Bretaña. La prohibición de hacer algo tiene que ver con los límites a la libertad. Tener la capacidad de comprar algo tiene que ver con superar una circunstancia.
Una persona que carece de los recursos para comparar algo puede aspirar a reunir dinero a través del ahorro, el trabajo, un préstamo o ganándose la lotería. La mayoría de nosotros hemos llegado a comprado cosas que en algún momento no podíamos. Si no lo hicimos en dicho momento no fue por una imposición que nos lo impidiera, sino porque carecíamos de los medios necesarios.
Existe una diferencia crucial entre ser detenido por las circunstancias y ser frenado por la autoridad superior de otros. En el primer caso se tienen aspiraciones más allá de las capacidades presentes, pero en el segundo caso una autoridad dicta arbitrariamente que debes vivir tu vida del modo que ella juzga conveniente, en lugar de que lo hagas como te gustaría.
En una sociedad libre las personas pueden hacer sus propias decisiones, en lugar de ser objeto de los caprichos de quienes detentan el poder. Existen cosas que no se pueden hacer, no por falta de libertad, sino por falta de capacidad. La gente es libre de saltar por encima de la torre Eiffel, pero no hay quien sea capaz de hacerlo. La diferencia radica en que la gente que puede superar la falta de recursos económicos que a las leyes de gravedad. En una sociedad libre pueden aspirar a la prosperidad y hacer cosas que en el presente están más allá de sus capacidades. En una sociedad que no lo es no pueden.
Entrada original en Inglés.
viernes, 25 de septiembre de 2009
38. Los pobres no tienen la libertad de comprarse un Rolls Royce.
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