Escrito por el Dr Madsen Pirie
Cuando el ritmo de crecimiento de la economía disminuye y la gente deja de invertir o gastar como lo venía haciendo algunas personas urgen al gobierno a intervenir mediante la realización de proyectos que estimulen la demanda mediante el gasto público. En realidad, cuando el gobierno hace esto destruye empleos en el sector privado al hacer uso de recursos que los hubieran hecho posible mantenerlos. Los impuestos deben elevarse y se deja menos a la iniciativa privada para investir y gastar.
Es más, el gobierno utiliza esos recursos ineficientemente. Los costos administrativos de mantener cada empleo es más alto en el sector público y los fondos son utilizados de forma menos efectiva. “Reactivar la economía” a menudo significa gastar en infraestructura y proyectos de ingeniería civil que son intensos en uso de capital, pero que producen pocos empleos.
Incluso en las áreas intensivas en mano de obra, como los servicios públicos, la mayor parte del dinero extra que se gasta termina convirtiéndose en inflación. Lo único que hace es poner en manos de los empleados del sector público más dinero para comprar los mismos bienes que produce el sector privado. Esto ocurrió cuando grandes sumas de dinero fueron inyectadas en el Reino Unido a los servicios públicos en los presupuestos posteriores al año 2000. Todo el dinero fue absorbido, pero la mejora en los servicios no compensaron remotamente el enorme incremento en gasto. De hecho, en algunos casos empeoraron.
El dinero en el sector privado se dirige hacia donde los factores económicos lo indican, pero el gobierno dirige los recursos en función a las demandas políticas que no suelen ser comercialmente viables o razonables.
Se necesita mucho dinero para mantener cada empleo en el sector púbico. El sector privado emplea más personas con el mismo dinero. “Reactivar la economía” es una noción de la época Keynesiana que ha sido desacreditada. Crea una demanda artificial, temporalmente alta en ciertos sectores a costa de otros seguida de ajustes severos y desempleo cuando la demanda artificial cesa. A los gobiernos les resulta tentador crear estos “booms” artificiales y de corta duración para ganar elecciones aunque tengan que enfrentarse las consecuencias después.
Entrada original en inglés.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Este “mito” que señalas es una “verdad a medias,” es decir, es incorrecto, y seguramente lo sabe el Dr. Madsen (a menos de que sea un economista ortodoxo empedernido, que es lo mismo que ser dogmático y no científico) . El gasto público puede producir inflación bajo determinadas condiciones, o puede producir crecimiento económico bajo otras. En términos generales y sin entrar a tanto detalle pueden suceder los siguientes efectos.
Primero, en caso de una economía cerrada, con un gobierno sin recursos y con una capacidad interna de producción de bienes y servicios limitada, pasa lo que menciona el post. Sube la inflación, se pierden empleos y aumenta la inflación al incrementarse el gasto público.
Segundo, si la economía es cerrada, el gobierno cuenta con recursos y existe capacidad productiva ociosa, no se produce ni inflación, ni desempleo, ni incremento de impuestos. Todo lo contrario, la economía crece, los empleos crecen y no se produce inflación.
Tercero, si la economía es abierta y el gobierno no tiene recursos, el incremento del gasto público no crea inflación, crea un aumento del déficit exterior, de la deuda externa y perdida de empleos por que muchas empresas quebrarían ante la competencia internacional.
Cuarto, si la economía es abierta y el gobierno tiene recursos, pasa lo mismo que en el caso anterior, pero se pierden reservas internacionales.
Quinto, a final de cuentas LO IMPORTANTE no es cuanto dinero gaste el gobierno, sino como lo gaste. Si quiere reactivar la economía mediante pintar bardas, banquetas, parques, etcétera, que no se encuentran en mal estado, eso es un desperdicio de dinero que sólo se traduce en un incremento efímero de la demanda. En cambio, si el gasto público es usado para elevar la eficiencia de la producción nacional (transporte, tecnología, capacitación, etcétera), se incrementara el empleo, la producción y la economía crecerá.
A riesgo de sonar como un economista ortodoxo empedernido, dogmático y no científico diré que cada peso de gasto público vale lo mismo que un peso de gasto privado y que cada peso que gasta el gobierno es un peso que no puede gastar el sector privado.
No hay recurso gubernamental que no se haya tomado antes de la iniciativa privada a través de los impuestos o a los que se le haya negado el acceso mediante monopolios o endeudamiento.
¿Qué te hace suponer que el gobierno puede hacer una mejor tarea que la iniciativa privada para elevar la eficiencia de la producción nacional?
La iniciativa privada también puede gastar (invertir) en transporte, tecnología, capacitación, etcétera y no dudo que pueda incrementar el empleo, la producción y hacer crecer la economía.
A mi me resulta evidente que todo ello lo hace mejor la iniciativa privada que el gobierno, siendo sus inversiones más eficaces, eficientes y mejor dirigidas.
El único caso en que presentas en que parece recomendable incrementar el gasto público es el segundo. Pero ¿dónde están esos países cerrados con gobiernos plenos de recursos y capacidad productiva ociosa? y aunque los hubiera... ¿de donde salieron esos recursos del gobierno sino de la iniciativa privada?
Estoy de acuerdo, LO IMPORTANTE no es cuanto dinero gaste el gobierno, sino como lo gaste. Pero más importante aún es que no gaste los recursos que la iniciativa privada podría gastar de mejor forma.
Algunos comentarios,
Si hay un método en que el gobierno puede obtener ingresos sin recurrir al sector privado nacional o a negarle acceso a ciertos recursos: la fabricación de dinero.
Dada tu ortodoxia, se que responderás que este método incrementa la inflación. Pero que te parece si el incremento de la oferta monetaria, mediante créditos, se dirige a financiar actividades del sector privado de alta rentabilidad y con grandes encadenamientos en la economía nacional; o en su caso, se usa para refinanciar la deuda del sector privado para otorgarles mejores condiciones crediticias. Esta situación no generaría inflación, ni desempleo, inclusive podría llevar a una disminución de los costos de producción, por lo que no tendría que haber crecimiento de los precios. Además, no priva al sector privado de recursos, al contrario, se los otorga. Este sólo sería un ejemplo, de lo que ambos estamos de acuerdo, lo importante es como se gaste.
Ahora, el gobierno puede hacer mucho mejor papel que la iniciativa privada en ciertas áreas. El caso más sencillo es la construcción de infraestructura en regiones donde la iniciativa privada no invertiría porque no le implica ninguna rentabilidad. Igualmente, la iniciativa privada puede a veces ser muy lenta en la construcción de relaciones o en obtener toda la información necesaria para sus negocios, porque le resulta muy costosa. En este sentido, el gobierno puede elevar la eficiencia de la economía prestando estos servicios de manera rápida y sin ningún costo. Por ejemplo, si Banxico y Condusef no reunieran toda la información sobre comisiones bancarias y la publicaran, muy difícilmente una sola empresa (sobre todo MiPYMES) pondría reunirla toda para tomar decisiones sobre los servicios bancarios.
Publicar un comentario